Chan Chan es la antigua capital del imperio Chimú que entre el 400 y al 1470 d.C. se extendió sobre gran parte de la costa norte del Perú. La ciudad, inscrita en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, representa el más grande asentamiento en adobe del Sur America y está articulada en nueve palacios o ciudadelas, cinco piramides escalonadas (huacas) y extensas áreas residenciales (Campana Delgado 2006; Colosi et al., 2013). Los bajo relieves de la ciudad, de sus palacios y de sus huacas muestran que los medios de subsistencia estaban relacionados con la agricultura y la pesca, dos sistemas productivos que se pueden simbolizar con la planta de la totora. Esta caña es un producto típico de la costa norte del Perú y su cultivo se realiza a la orilla del mar, en característicos humedales causados por depresiones geológicas naturales (huachaques o totorales). El uso de la totora es todavía una expresión de la cultura viva de la comunidad local que se materializa en la construcción de embarcaciones tradicionales (caballitos de totora), de casas tradicionales (casas de tapa) y de productos artesanales (esteras, cestas) indicando continuidad en el conocimiento de la tecnología ancestral y contribuyendo, de este modo, a la identidad regional y nacional que forma parte del patrimonio cultural inmaterial. Desafortunadamente, debido a diferentes factores, el cultivo de la totora está disminuyendo de manera drástica y la carencia de materia prima, junto con el abandono de las técnicas tradicionales de construcción y a la falta de conexión con la actividad turística casi ha eliminado la artesanía local. Por fin el desarrollo urbano incontrolado y invasivo de la cercana Trujillo amenaza la supervivencia de las zonas ecológicas del medio ambiente costero cuya ausencia favorece la erosión costera y la edificación. Sin embargo hay fuertes vocaciones que, con la participación de la población local, pueden contrarrestar la tendencia: a partir del complejo arqueológico Chan Chan y del pueblo de pescadores de Huanchaco, donde todavía se utiliza el caballito de totora, se puede establecer un programa de re-evaluación y conservación de las prácticas tradicionales, de la artesanía y de los aspectos económicos relacionados. El programa prevé la realización de un "ecomuseo de la totora" mediante la reactivación de los huachaques de Chan Chan y del balzar de Huachaco y la realización de un centro de interpretación de la totora, lugar de encuentro y discusión de la comunidad local, taller de capacitación artesanal y centro cultural y didáctico. La idea de ecomuseo supera el inmovilismo y las limitaciones territoriales de un museo tradicional y tiene en cuenta factores tales como la mejora del paisaje y el desarrollo social de las comunidades (Davis, 2011; Maggi, Falletti 2000) . Un ecomuseo de la totora que se basa principalmente en el compromiso y la participación de la comunidad local, es la solución para preservar un ejemplo peculiar de vida y de trabajo, con el resultado del fortalecimiento del turismo en el área y el beneficio directo resultante para la población histórica y culturalmente ligada a los complejos arqueológicos de la costa.

Patrimonio arqueológico y protección de las tradiciones locales: un ecomuseo de la totora en Chan Chan, Perú

Colosi F;
2016

Abstract

Chan Chan es la antigua capital del imperio Chimú que entre el 400 y al 1470 d.C. se extendió sobre gran parte de la costa norte del Perú. La ciudad, inscrita en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, representa el más grande asentamiento en adobe del Sur America y está articulada en nueve palacios o ciudadelas, cinco piramides escalonadas (huacas) y extensas áreas residenciales (Campana Delgado 2006; Colosi et al., 2013). Los bajo relieves de la ciudad, de sus palacios y de sus huacas muestran que los medios de subsistencia estaban relacionados con la agricultura y la pesca, dos sistemas productivos que se pueden simbolizar con la planta de la totora. Esta caña es un producto típico de la costa norte del Perú y su cultivo se realiza a la orilla del mar, en característicos humedales causados por depresiones geológicas naturales (huachaques o totorales). El uso de la totora es todavía una expresión de la cultura viva de la comunidad local que se materializa en la construcción de embarcaciones tradicionales (caballitos de totora), de casas tradicionales (casas de tapa) y de productos artesanales (esteras, cestas) indicando continuidad en el conocimiento de la tecnología ancestral y contribuyendo, de este modo, a la identidad regional y nacional que forma parte del patrimonio cultural inmaterial. Desafortunadamente, debido a diferentes factores, el cultivo de la totora está disminuyendo de manera drástica y la carencia de materia prima, junto con el abandono de las técnicas tradicionales de construcción y a la falta de conexión con la actividad turística casi ha eliminado la artesanía local. Por fin el desarrollo urbano incontrolado y invasivo de la cercana Trujillo amenaza la supervivencia de las zonas ecológicas del medio ambiente costero cuya ausencia favorece la erosión costera y la edificación. Sin embargo hay fuertes vocaciones que, con la participación de la población local, pueden contrarrestar la tendencia: a partir del complejo arqueológico Chan Chan y del pueblo de pescadores de Huanchaco, donde todavía se utiliza el caballito de totora, se puede establecer un programa de re-evaluación y conservación de las prácticas tradicionales, de la artesanía y de los aspectos económicos relacionados. El programa prevé la realización de un "ecomuseo de la totora" mediante la reactivación de los huachaques de Chan Chan y del balzar de Huachaco y la realización de un centro de interpretación de la totora, lugar de encuentro y discusión de la comunidad local, taller de capacitación artesanal y centro cultural y didáctico. La idea de ecomuseo supera el inmovilismo y las limitaciones territoriales de un museo tradicional y tiene en cuenta factores tales como la mejora del paisaje y el desarrollo social de las comunidades (Davis, 2011; Maggi, Falletti 2000) . Un ecomuseo de la totora que se basa principalmente en el compromiso y la participación de la comunidad local, es la solución para preservar un ejemplo peculiar de vida y de trabajo, con el resultado del fortalecimiento del turismo en el área y el beneficio directo resultante para la población histórica y culturalmente ligada a los complejos arqueológicos de la costa.
2016
Istituto di Scienze del Patrimonio Culturale - ISPC
9789724922881
Ecomuseo
patrimonio immateriale
Complesso archeologico Chan Chan
pesca ancestrale
caballito de totora
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Utilizza questo identificativo per citare o creare un link a questo documento: https://hdl.handle.net/20.500.14243/383556
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